ONU preserva la paz en el espacio

 

A partir de las primeras civilizaciones humanas la curiosidad sobre lo qué existe más allá de la Tierra ha sido objeto de diversos estudios y teorías, que iniciaron una nueva era cuando el astronauta ruso Yuri Gagarin se convirtió en el primer ser humano en viajar más allá de la atmósfera terrestre.

Este suceso, más allá de ser celebrado, hizo aparecer una nueva preocupación: proteger el espacio de aquellos que, aprovechando las nuevas tecnologías, quisieran tomar ventaja y ocuparan los cuerpos celestes a diestra y siniestra para tomar el control sobre ellos.

Podría parecer una idea sacada de la mente de George Lucas, el creador de la saga Star Wars, sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) no quiso correr ningún riesgo y fue así que, en 1962, creó la Oficina de Asuntos del Espacio Ultraterrestre (UNOOSA, por sus siglas en inglés), una división cuyo objetivo es promover la cooperación pacífica entre países para la exploración del espacio.

Esta oficina ayuda también a divulgar los beneficios de la ciencia del espacio, su tecnología y la exploración de la humanidad, mismos que son usados para ayudar a los países en desarrollo”, explicó a ExcélsiorSimonetta Di Pippo, directora de UNOOSA.

Para muestra basta un botón. En 2006, la oficina desarrolló el programa UN-SPIDER, una plataforma para el Manejo de Desastres y Respuesta de Emergencias, la cual utiliza la información de los satélites espaciales para analizar y medir los riesgos ante una catástrofe natural inminente y ayudar a los países a actuar correctamente. En otras palabras, es como un Big Brother espacial.

Si bien prevenir no es la única ventaja de esta Oficina. La información geoespacial y el análisis que se genera desde el Sistema de Satélites Globales de Navegación Europeos que han ayudado a optimizar la producción de las cosechas. Les indica a los agricultores qué lugares son los mejores para la siembra de algún producto y les ofrece técnicas para aprovechar de forma ejemplar el agua del lugar y para lograr una cosecha inteligente.

UNOOSA espera que esta ayuda del espacio podría reducir en 10 y 20% el uso de pesticidas y combustible para los vehículos agricultores. ¿Con qué objetivo? Cumplir con la agenda 2030 marcada por la ONU en 2015, la cual incluye la creación de ciudades sustentables.

AYUDA PARA PAÍSES EN DESARROLLO

Otro de los motivos  por los que este programa fue creado es la de dar acceso a cualquier nación a las tecnologías espaciales para que no exista alguna ventaja o desventaja y se pueda mantener el orden y la paz, una de las principales metas de esta oficina.

Es así que, gracias a una alianza con la Agencia de Exploración Aeroespacial de Japón (JAXA por sus siglas en inglés) y Kenia fue el primer país en lanzar un satélite cubo, mejor conocido como CubeSat desde la Estación Espacial Internacional (EEI).

El CubeSat es un diseño de nanosatélite integrado por cubos de 10 centímetros que se utiliza para observación terrestre y ayuda de transmisión de ondas de radio. Con este lanzamiento se pretende que la observación espacial pueda ayudar a este país a desarrollar un plan de desarrollo sustentable que pueda eliminar la pobreza y el hambre para el año 2030.

Los siguientes en este proyecto, denominado KiboCUBE, serán Guatemala y Mauritania.

Uno de los acuerdos que esta oficina ha logrado es con la Empresa Sierra Nevada Corporation la cual permite a los Estados miembro, especialmente los que no tienen acceso a programas espaciales, desarrollar y volar cargas útiles (como provisiones) para misiones relacionadas con experimentos de microgravedad, los cuales, según la EEI, pueden ser muy útiles para conocer el comportamiento de las plantas en otro ambiente y ver si es posible que exista vida sustentable fuera de la Tierra.

Esta colaboración no sólo se centra en las cúpulas exclusivas de tecnología de cada Estado miembro. Cada año, esta oficina organiza cursos de entrenamiento, seminarios y talleres relacionados con los temas espaciales que pueden ser tomados por estudiantes que deseen acercarse a este mundo.

De acuerdo con Di Pippo, más de 18 mil personas han tenido acceso a sus oficinas en Viena, Austria, para atender a alguna de estas actividades.

SÓLO LA UNIÓN HACE LA FUERZA

Tener un programa espacial cuesta mucho dinero. A finales del año pasado, el presidente de Estados Unidos, Donald Trump, anunció que buscaría que los inversionistas privados financiaran su programa y agencia espacial (NASA) pues, tan sólo en 2018, significaba una partida de 29 mil millones de dólares.

La directora Di Pippo expuso que el presupuesto regular de su oficina para  el periodo 2018-2019 es de 7.6 millones de dólares; sin embargo, es posible obtener más recursos gracias a las contribuciones de los Estados miembro de las Naciones Unidas y sus aliados.

En el presupuesto anterior, China fue el principal donador, con un total de 759 mil 700 dólares, seguido de Estados Unidos, con 485 mil 500 dólares y las industrias privadas y ONG con 287 mil 300 dólares.

Estos son algunos de los puntos que UNOOSA ha marcado en su agenda Space 2030, que va de la mano con la agenda de la ONU. Sin embargo, aún hay mucho camino por recorrer. Para la directora Di Pippo, esta oficina “continuará promoviendo la cooperación internacional pacífica en el espacio exterior y ayudará a los países en desarrollo y a la humanidad a beneficiarse de la ciencia del espacio, su tecnología y así como de su exploración” y para ello deberán atraer más aliados de la industria y del sector privado.

Asimismo, junto con la Comisión del Espacio de ONU, UNOOSA ha considerado el panorama futuro del régimen de derecho espacial internacional, pues el Tratado del Espacio Exterior prohíbe la apropiación de la Luna y cualquier otro cuerpo celestial.

Empero, aún no han dicho qué podría pasar con la propuesta de crear el Reino Espacial de Asgardia, una micronación libre de todo el control de los países existentes, planteada por Igor Ashurbeyli, un científico ruso-azerbayano fundador del Centro Internacional de Investigación Aeroespacial.

Su fin es poner satélites en órbita para dar acceso al espacio exterior y, así, convertirse en una colonia en órbita.

A pesar de las incógnitas del futuro, la Oficina de Asuntos Ultraterrestres tiene un objetivo claro, mantener la paz, y desde hoy hasta 2030 tienen el plan para lograrlo. Fuente: Excélsior

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